CAPÍTULO 11 [INEVITABLE FINAL]

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La batalla que nos esperaba sería feroz, el grupo del thief, llamado Drex, estaba muy balanceado con dos acolytes, dos archers, un merchant, dos swordman, un mago y él, nueve personas contra nosotros que éramos 8, pero estaba seguro que nosotros teníamos más nivel.

– ¡Qué casualidad! ¡Siempre me los encuentro! y qué oportuno, ¡Es hora de tomar mi venganza contra ti Kenzaiten! Nadie me humilla y queda impune!- gritó Drex con una ira evidente. Pero Kenzaiten permanecía en silencio, inmutable y concentrando toda su atención en él.

Descubrí en ese momento que los mensajes privados o whispers si funcionaban. Era cuestión de conectar la mente con el grupo, cosa que logré sin querer por la desesperación de querer comunicarme con ellos sin que nuestros adversarios lo notaran.

-Los tanques discretamente vayan colocándose al frente, los demás nos posicionaremos detrás de ustedes, cuando dé la señal, iniciamos. Estaré coordinando a los demás acólitos y estaremos atentos de sus puntos de vida, estén tranquilos– les dije una vez que descubrí el vínculo.

Todos estuvieron de acuerdo y procedimos a realizar el movimiento, mientras Drex seguía escupiendo todo su veneno, evidentemente faltándole un tornillo.

De pronto lo escuché: – Descansen en paz ¡ATAQUEN!-.

Los swordman fueron los primeros en atacar pero se toparon con Felurian y otro swordman que los bloquearon como un rompe olas.

-El thief es mío- dijo Kenzaiten sin quitar su mirada de él –¡Crazy Uproar!– gritó ferozmente y su cara de tranquilidad se fué transformando a su modo psycho. Mientras tanto los acólitos y yo teníamos a todos buffeados y vigilábamos sus puntos de vida, era impresionante como los archers de nuestro grupo eran tan diestros que las flechas chocaban en el aire. Su mago no podía castear ya que era interrumpido por el mago que estaba con nosotros que usaba Frost driver nivel 1, Felurian utilizaba Magnum Break empujando un poco a los espadachines mientras el otro swordman usaba Bash acabando con ellos uno a uno.

Todos estábamos impactados y algunos dudaban, estábamos matando gente después de todo, pero eran ellos o nosotros.

Kenzaiten estaba frenético, Drex se veía consternado al ver la agilidad que estaba mostrando Ken: Usaba Cart Revolution para empujar y con su otra mano usaba el hacha de 2 manos.

–No caeré en tu trampa 2 veces jovencito- gritó Drex esquivando el hacha.

–¿Quién dijo que haría lo mismo? ¡MAMONITE!– respondió Ken.

Vimos cómo caían monedas al suelo mientras el thief caía también por el daño excesivo que había sufrido y desde ahí miraba fijamente a Ken, que tenía los ojos rojos brillantes.

-¡Muere maldito!- dijo finalmente Ken y de un hachazo atravesó a Drex dándole fin. Al ver que su líder había muerto, los demás huyeron.

Habíamos logrado vencer a ese grupo pero no había gritos de victoria, en cambio lo que se escuchaba era un silencio abrumador. Habíamos asesinado gente real, no solo personajes en un videojuego.

Felurian se acercó a Kenzaiten -¿Estás bien?- le preguntó.

–Si. Hay que tomar las cosas de valor de estos cadáveres y venderlas- contestó el. Estaba muy serio, parecía estar en estado de shock.

Juntos salimos del Dungeon como prometimos, los chicos nos agradecieron por rescatarlos e inspirarlos a tomar valor para afrontar los problemas.

Nos dirigimos directo al INN, nos refrescamos, fuimos al bar y compramos los tarros más grandes de cerveza que había.

-Chicos, se que es difícil lo que acabamos de hacer, pero estoy orgulloso de ustedes, tienen una gran destreza y sobre todo inteligencia- les dije.

–Eres un gran estratega y claro que arriesgaremos todo sabiendo que tu cuidas nuestra espalda- dijo Fel ya un poco ebria.

Kenzaiten solo comía en silencio.

De pronto, miré de reojo que alguien se acercaba, tensé mi cuerpo, listo para la batalla, mientras Fel ponía lentamente la mano en su espada lista para desenvainar y Ken solamente se quedaba inmovil a medio bocado:

– Hola chicos, espero se acuerden de mí, me gustaría unirme a su equipo de aventuras- dijo sonriente una chica. Era Any, la maga que habíamos rescatado del dungeon de Payon la primera vez que entramos.