CAPÍTULO 2 [UNA PODEROSA VOLUNTAD]

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¡Hola, soy DrValrod! Me da mucho gusto que estén de vuelta y esperamos que el día de hoy todo sea de su agrado. Por favor pónganse cómodos ¿como dicen? ¿quieren continuar la historia? ¡Claro, con gusto! En un momento les traigo su orden y podremos empezar.

Aquí tienen una deliciosa taza de café para cada uno.

Muy bien, empecemos:

La mañana siguiente, salí de mi habitación y Felurian estaba en el recibidor hablando con varias personas, seguro que estaba buscando información, siempre ha sido muy curiosa, pero a veces daba miedo.

– ¡Buen día!¿lista para una aventura? – le pregunté –Dame un momento, estoy terminando de revisar unas cosas. ¿por qué no vas a comprar suministros ,junto con Kenzaiten, para irnos de viaje? – respondió.

Accedí y fui a buscar a Kenzaiten. Lo encontré tomando café mientras veía por una ventana.

– ¡Buen día amigo! Hablé con Felurian y está realizando una investigación. Nosotros mientras vamos a comprar suministros, ¡Nos vamos de viaje!– le dije. Kenzaiten simplemente asintió sin decir nada. Compramos los materiales y fuimos a la entrada sur de Prontera, donde ya nos esperaba nuestra amiga.

–Los rumores de que la muerte es real aquí, cada vez son más fuertes. Chicos debemos aprender a dominar estos jobs, ser muy astutos, precavidos y cuidarnos entre nosotros, no quiero que les pase nada. – dijo Felurian. Se veía preocupada.

–No te preocupes mujer, tenemos a un acólito con nosotros, estaremos bien.- le dijo Kenzaiten.

Solo sonreí, pero ellos sabían que no dominaba esta profesión. Aunque todo era diferente en este mundo, desde el uso de skills y la repartición de stats, los cuales según nuestra vida y acciones a futuro iban ajustándose, tenía la ventaja de que, por mi profesión, tenía facilidad para curar.

Partimos rumbo a Payon, ya que queríamos ir al dungeon a subir algunos niveles y farmear para tener un buen capital, debíamos tener el mejor equipo para poder sobrevivir a este nuevo mundo. El camino era largo. Antes nos tomaba unos minutos en llegar pero ahora llevábamos día y medio, caminando por el desierto, tomando descansos del intenso calor en los pocos oasis que aparecían. Kenzaiten era quien más sufría ya que Felurian y yo, veníamos de ciudades en medio del desierto y estábamos acostumbrados a este tipo de clima.

Una noche alistaba el campamento en uno de ellos, mientras Kenzaiten encendía una fogata y Felurian preparaba todo para una rica cena. De pronto apareció una party que nos pidió pasar la noche con nosotros. Eran 3 personas también: 2 magos y un arquero y se les veía muy exhaustos por lo cual procedí a curarlos y accedimos a ayudarlos.

Nos contaron que al principio eran 5, pero se habían extraviado en los mapas y llegaron a Ant Hell, donde intentaron levear, pero apareció una Maya Purple y de dos golpes acabó con sus amigos mientras intentaban huir. Ya eran más las personas que nos hablaban de la muerte. Además, nos informaron que los dungeons no eran como en el juego. Aquí podías percibir aromas y diferente iluminación. Pero lo más aterrador era que aquí se percibía el dolor en cada golpe y herida. Nada era como antes. Eso nos dejó en silencio y decidimos que era hora de dormir. Felurian tomó la primera guardia alegando que siempre pensaba mejor de noche y que acostumbraba no dormir mucho.

Al amanecer de la mañana siguiente, los muchachos se despidieron y emprendieron su viaje. Nosotros por otra parte caminábamos en silencio.

– ¡Chicos estoy decidida!, no dejaré que nadie caiga mientras yo viva! – afirmó de pronto Felurian.

– Tranquila, te apoyaremos. – contestó Benzaiten.

Solo sonreí y decidimos que ayudaríamos a todo aventurero que encontráramos en nuestro camino.

De pronto en el horizonte alcanzamos a ver un paisaje muy frondoso, todo era verde y el clima había cambiado repentinamente, ahora se sentían corrientes de aire frescas. Felurian emocionada gritó

– ¡Chicos, eso es PAYON! – nos miramos con cara de felicidad y asombro, el paisaje era hermoso. Estábamos ansiosos por las aventuras que nos esperaban en este nuevo lugar y sobre todo resolver esas incógnitas que aún existían.

¿Cómo que ya tienen que irse? ¿Tan pronto?¿no gustan otro cafecito?.

Bueno, entiendo, recuerden que son siempre bienvenidos. Los esperamos pronto y traigan a sus amigos, les prometo que no se van a arrepentir.