Blanca, que se había separado de sus amigos recientemente, se encontraba en la biblioteca de Prontera leyendo sobre el ascenso a sacerdotisa. Ya había dominado completamente su rango de acolita y quería ser de más ayuda para sus amigos. Mientras hojeaba las páginas de los polvorientos libros miró pasar al sacerdote líder de la iglesia y dejó un momento su lectura, para preguntarle sobre el cambio.
El sacerdote le explicó que la promoción, se hacía en esa misma iglesia, pero era necesario pasar una serie de pruebas y que para empezar el proceso, tenía que anotarse en la lista de voluntarios ya que esa misma tarde un grupo comenzaba con las pruebas. Al terminar su charla se dirigió a la oficina para anotarse y salió a prisa a la ciudad, para comer algo antes de las pruebas porque no sabía cuánto tiempo le llevaría completarlas.
Por la tarde, se fue a la iglesia y esperó junto a los demás tomando té que les ofrecieron a todos. Llegado el momento, el sacerdote la teletransportó a ella sola a una habitación sumida totalmente en la oscuridad. Se escuchaban algunos ruidos extraños, gruñidos y además se sentía observada, pero por mas que espero, no podía lograr que sus ojos se adaptaran a la falta de luz, así que utilizó su habilidad ruwach, para iluminar un poco los alrededores y se dio cuenta que el lugar estaba plagado de zombies y que al ser la única fuente de luz, todos tenían la mirada sobre ella.
El corazón se le aceleró y estuvo a punto de perder la concentración y perder la luz que tenía a causa de el pánico que la invadió por una fracción de segundo, pero inmediatamente recordó lo que había vivido con sus amigos y empezó a recitar sus hechizos de purificación para irse abriendo camino por el pasillo poco a poco, mientras los cuerpos de los zombies se desplomaron a diestra y siniestra. Las piernas le temblaban de miedo, pero su determinación no le permitía rendirse. Por momentos se veía acorralada y se encontraba agotada, pero con la ayuda de las pocas pociones de recuperación que llevaba y la firme resolución de ayudar a sus amigos, sentía que sus fuerzas se renovaban para seguir luchando.
De pronto, a lo lejos, alcanzó a vislumbrar un portal, al que llegó después de un rato de arduo trabajo. Al salir al otro lado se encontraba en un pasillo en penumbra que parecía no tener final, sin embargo comenzó a caminar lentamente, cuando de pronto apareció una linda criatura que llevaba un tridente en sus manos – Si yo fuera tu, no seguiría avanzando- le dijo a Blanca -¿Ah si? ¿Por qué?- le contestó ella -Piénsalo, ser una sacerdotisa es un trabajo muy difícil, todos siempre quieren algo de ti y nadie te da nada a cambio ¿por qué no mejor aceptas estas cartas que tengo aquí y que no necesito? Podrías venderlas y volverte rica…- le dijo en un tono seductor la pequeña criatura.
Mmmh…no, gracias. Creo que voy a continuar adelante- le respondió ella encaminándose para continuar.
No digas que no te lo advertí. Lo que verás adelante no será tan lindo como yo.
¡Correré el riesgo!- le gritó Blanca que ya iba bastante adelantada.
Siguió avanzando y a lo lejos alcanzo a vislumbrar una silueta muy familiar, al acercarse se dio cuenta que era ella misma con un aspecto fantasmal -Desiste de este camino, no lleva a un final feliz- le dijo con una voz suave -hay mejores formas para ayudar a tus amigos y yo puedo guiarte a ellas- le dijo la criatura mientras la miraba insistente.
-No gracias, he decidido cómo ayudarlos y esta es la mejor forma, no me harás caer en tus juegos, apártate de mi camino, por favor- le dijo ella continuando su camino.
Más adelanté se encontró con algo que no había visto nunca, era un enorme calavera dentro de una armadura y todo a su alrededor, estaba lleno de sangre seca y restos de huesos humanos. La criatura volteo a verla, o eso parecía pues no tenía ojos y al abrirse la mandíbula, una voz como de ultratumba retumbó en las paredes del pasillo -Detente ahí, sucia humana, no dejaré que pases de este lugar, si osas desafiarme, quedaras como esos- dijo apuntando a los huesos secos- ellos también intentaron pasar por aquí pero fallaron y eran mucho más hábiles que tu-
-¿Qué vas tú a saber de mis habilidades?- replicó Blanca, que para este momento se había dado cuenta que todo esto era solo parte de la prueba y ganaba confianza poco a poco -hazte a un lado y no me estorbes- hizo un gesto con su mano para que le dejara el paso libre -Muy bien, pero la proxima vez que nos encontremos, no te será tan fácil deshacerte de mí y todos mis sirvientes se asegurarán de que mueras de la forma más dolorosa posible- dijo la calavera
-Si, si como digas- le respondió Blanca en tono irónico mientras continuaba caminando.
A lo lejos, alcanzaba a ver el portal de salida así que apuró el paso, pues se sentía agotada ya no solo físicamente. Cuando estaba por alcanzarlo una densa niebla oscura empezó a arremolinarse frente al portal y de entre ella, salió Baphomet, el demonio con forma de cabra. Blanca había escuchado hablar de él, pero jamás imaginó que fuera parte de la prueba
-¡Vaya, vaya! Has llegado lejos, Blanca, y yo que pensé que eras una niña debilucha y no lo lograrías, solo por eso, he venido a recompensarte con vida eterna, solo tienes que aceptarla y así podrás proteger a tus amigos para siempre ¿no es ese un excelente trato? Ni siquiera voy a pedirte algo a cambio ¿que dices?- le dijo Baphomet.
Blanca se quedó pensando un segundo, analizando el ofrecimiento pues aunque le parecía sospechoso, la criatura pedía nada de ella -Me ofreces eso ¿y sin nada a cambio?- preguntó con curiosidad -Claro! No hay nada que puedas ofrecerme, que yo necesite… solo he visto tu esfuerzo y se que nadie te ha recompensado por él y yo quiero hacerlo, me agradan los jóvenes valientes y asi podria ayudarte en tu camino ¿qué dices? ¿aceptas?-
-¿que tendría que hacer para aceptar?-
– Solo tienes que dejar tu huella con sangre en este contrato, para sellarlo y tendrás una larga, larga vida, para siempre-
Blanca no encontraba nada malo en el trato, pero de pronto una diminuta voz en su cabeza le advirtió que era solo una trampa, que debía salir de ahi lo mas pronto posible
-Es una oferta tentadora, pero creo que pasó- Y sin decir nada más, puso el pie en el portal mientras a su espalda escuchaba el rugido de la bestia que se perdía mientras ella pasaba a la siguiente prueba.
Esta vez, se encontraba en una sala, llena de momias y podía ver el portal al otro lado, pero se encontraba exhausta como para correr y ya sólo le quedaba salvo una poción para regenerar energía mágica suficiente para un hechizo. La tomó y decidió aumentar su agilidad para poder llegar al otro lado. Cuando por fin cayó en el portal casi desmayándose, se encontraba en una oficina recostada en un sillón y había una alta sacerdotisa parada frente a ella
-¿Te encuentras bien?- le preguntó a Blanca. Ella se alejó aterrorizada, pero en ese momento la sacerdotisa comenzó a recitar los hechizos para curarla y renovar sus energías -Ya no tienes de qué preocuparte, la prueba ha terminado, solo voy a hacerte unas preguntas sobre tu sueños- le dijo en voz suave y relajante.
-¿sueños? ¿osea que nada de lo que ví pasó en realidad? – preguntó confundida
-No hermana, todo fue un sueño ¿recuerdas el té que les ofrecimos al principio? Contiene un poderoso somnífero diseñado por los mejores alquimistas de Midgard y que nos permite inducir ciertas situaciones mientras duermen. Jamás expondríamos a gente tan joven a los verdaderos demonios que son Baphomet y Dark Lord- le dijo y después de una serie de preguntas le informó que había logrado sacar una nota perfecta en la prueba.
-Esto te pone inmediatamente en la fila para convertirte en una sacerdotisa de alto rango como yo- le dijo despidiéndose y entregándole un pergamino que la acreditaba como sacerdotisa para que le entregaran ropas nuevas, y equipo básico.
Ya con su equipo nuevo, se fue a la habitación que había rentado en la posada Ragna Coffee de Prontera y se dispuso a comer algo mientras intentaba contactar a sus amigos para darles las buenas noticias.
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