Por la madrugada Focalor despertó sobresaltado y aún mareado de la borrachera de la noche anterior, no recordaba en qué momento había subido a la habitación. Se levantó como pudo de la cama y se sirvió agua de la jarra que tenía sobre la mesa de noche y le pareció lo más delicioso del mundo, después de cambiarse, se dispuso a bajar a buscar algo que desayunar, pero al abrir la puerta, se encontró con un visitante indeseable
-¡Buenos días mi intoxicado amigo! – lo saludo, sarcásticamente Jafar -anoche no pude terminar contigo porque fuimos interrumpidos, pero necesito que me digas expli…..- Dejó la frase sin terminar porque sintió que era observado -Y te volveré a interrumpir ¿qué diablos quieres con el arquero?- le dijo Kazu, que iba saliendo de la habitación contigua -No es asunto tuyo, pistolero, me estás colmando la paciencia ¿sabes?- dijo Jaffar y tras esto se abalanzó sobre Kazu. Este, más rápido que la vista de Focalor, desenfundó su arma y comenzó a dispararle, el ladrón, esquivó hábilmente las balas y logró acertarle un golpe en el brazo, pero la herida no se tornó violeta esta vez, así que Kazu siguió disparando para mantenerlo a raya pero fue imposible, Jafar estaba de nuevo frente a él y esta vez sus dagas estaban envenenadas y el veneno se esparcía rápidamente.
Dejándose invadir un poco por la desesperación, Kazu empezó a disparar como loco y en todas direcciones, logrando darle al ladrón y haciéndo que se alejara.
-Más vale que te vayas o acabaré contigo infeliz- le dijo Kazu a Jaffar, quien comenzaba a sangrar por las heridas de bala -No lo creo, estas heridas no son mortales, en cambio mi veneno…- volteo a mirar las laceraciones del pistolero -Yo creo que si es mejor idea que te vayas Jaffar- se escuchó una tercera voz, Focalor se encontraba apuntando a la cabeza del ladrón con su arco y flecha listo para disparar -No creo que me puedas esquivar a esta distancia, así que es tu decisión- dijo con voz firme.
Jaffar, viéndose acorralado bajó las armas -Nos veremos después entonces- dijo mientras se alejaba, sin dejar de ver a Kazu. Focalor lo siguió con el arco hasta que desapareció entre la gente de abajo en el bar.
Tras perderlo de vista, Kazu se desplomó temblando en el suelo, cayendo de rodillas, Focalor corrió a su habitacion y volvio rapidamente con un frasco de antídoto que habían comprado por instrucción de Valrein, por si volvían a encontrarse con Jaffar. Se lo dio a Kazu, que lo aceptó extrañado -¿por qué estabas en la habitación de al lado y qué pasó anoche?- le preguntó al pistolero.
-No lo recuerdas, tuvimos un encuentro con ese, anoche, estaba aquí esperando que volvieras de tu pequeña borrachera- le contestó lentamente Kazu -bueno y ¿por qué me salvaste de él?
-Mis problemas son con tu compañero Valrein, no contigo, ademas, a quien venía siguiendo era al ladrón, ha estado causando problemas por todas partes y me han encargado que averigue sobre él y sus intenciones, así que no te emociones, si cualquiera se entromete en alguna de las peleas entre Valrein y yo, no dudare en quitarlo de mi camino-
-No entiendo esa obsesión tuya por competir con el-
-Por supuesto que no ¿cómo podrías? En fin, gracias por el antídoto, que tenga suerte en tu camino como cazador… y por cierto, evita embriagarte de ese modo si no tienes un guardia, no es propio de un cazador, ni seguro, adios!- .
Focalor se quedó pensando en Kazu, no le parecía que fuera alguien malo pero sospechaba que los problemas entre él y Valrein irían de mal en peor y él debía fortalecerse para poder ayudar a su amigo en caso de ser necesario.
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