En la bulliciosa ciudad de Prontera los rumores de una pareja con jobs desconocidos, se esparcían como fuego en pasto seco. La charla entre aventureros y ciudadanos, giraba en torno a una misteriosa y peligrosa pareja con jobs misteriosos. Se decía que la mujer tenía un inmenso poder, capaz de convocar un ejército de muertos vivientes con solo un gesto.
En medio de la plaza central, dos figuras destacaban entre la multitud: Yzma y Levt. Con gestos y voces describían a la pareja desconocida, advirtiendo a todos los presentes que tuvieran precaución. En ese momento, un paladín vestido con una armadura rosada y oculto tras una máscara se acercó, interesado en obtener más información sobre la pareja sospechosa.
El joven paladín, conocido como Ookarin, no pudo evitar acercarse. Aunque los rumores le atribuían una fealdad extrema, su determinación por descubrir la verdad era innegable. Dirigiéndose a Yzma, la fuente de información, preguntó con cortesía sobre el paradero de la pareja. Yzma respondió con seriedad, indicando que se dirigían hacia Yuno, una ciudad distante.
Con la determinación de un líder, Ookarin consultó a los miembros de su gremio, buscando la forma de llegar rápidamente a Yuno. Con la ayuda de sus sacerdotisas, abrieron un portal hacia la lejana ciudad. Al llegar a Yuno, una sensación de alivio los invadió al encontrarla intacta. Ookarin dió la orden de mantener la ciudad bajo custodia
-¡Mis amigos dieron su vida para protegernos a todos, tenemos que darlo todo nosotros también chicos!-
Las horas pasaron sin novedad, hasta que, casi al caer la tarde, divisaron a lo lejos a dos figuras vestidas de manera inusual, acompañadas por un ejército de muertos vivientes.
Ookarin, con la determinación ardiente en sus ojos, instó a su gente a prepararse para el combate. Con un grito de batalla, se lanzaron hacia el enemigo con la esperanza de proteger la ciudad. Pero antes de que pudieran atacar, una revelación sorprendente detuvo sus pasos. Ookarin pudo distinguir entre el ejército a tres siluetas familiares, reconoció a Valrod, Felurian y Kenzaiten, en ese momento, sintió como su pecho se llenaba de furia – ¡¿cómo se atrevieron a hacerle esto a ellos, que solo buscaron el bien de este mundo?-
-Era necesario para reformar este mundo y poder volver al lugar de donde vinimos- contestó Lion desinteresadamente, pero luego con tono curioso -¿por que diablos tu armadura es rosa?- preguntó.
Ookarin, aunque se moría de miedo por dentro contestó molesto – Porque es mi color favorito y porque incluso en este difícil mundo uno puede aferrarse a pequeñas alegrías como ellos me enseñaron- dijo apuntando a sus amigos a los que estaba por enfrentarse
-No quiero pelear contra ustedes- se dijo a sí mismo- pero quizá al hacerlo pueda liberarlos para siempre- y se aferró a su espada y escudo listo para encarar a los legendarios de Payon.
1
0
Dale Ookarin!!!