CAPÍTULO 4: LOS WILLOWS DEL BOSQUE

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Después de la charla con el reclutador del gremio de los gunslingers, Focalor y yo entramos al bosque en busca de los Willows para poder obtener la madera necesaria para su arco.

El área estaba llena de ellos. No eran agresivos pero si bastante resistentes y pegaban duro, Focalor me daba ánimos desde lejos. Al derrotar a los Willows, estos se desbarataban en un montón de madera que para mí se veía toda igual, pero para la aguda vista de Focalor había distintos tipos y el podía elegir la mejor, era evidente que esa vista era una de sus mejores armas para convertirse en arquero.

Al atardecer vimos a un grupo de novatos acampando, así que decidimos hacer nuestro campamento cerca de ellos para sentirnos más seguros. Con trozos de willow inservibles hicimos una gran fogata y cocinamos las patatas que estos monstruos arrojaban. Focalor dijo que con un puñado de fresas que había encontrado prepararía un té y que él se encargaría de la cocina ya que yo estaba exhausto y herido, pero cada vez me sentía más fuerte.

Decidimos montar la guardia, deje que Focalor durmiera primero y me puse a pensar cómo sería la vida de un gunslinger, imaginaba que al ser un grupo tan selecto, podrían tener muchos enemigos, pero si seguían existiendo era porque tenían grandes habilidades de combate y supervivencia ¿no?.

Los novatos del otro campamento hablaban de sus aventuras y de una cueva que se encontraba más adelante en la cual habían encontrado muertos vivientes y de cómo había aventureros que no lograban salir con vida. Un escalofrío me recorrió el cuerpo al escuchar eso ‘¿cómo se les ocurre ir a un lugar como ese siendo un simple novato?’ pensé ‘el día que vaya a un lugar así  será cuando sea más fuerte y tenga un mejor arsenal de habilidades’.

La mañana siguiente continuamos cazando  Willows -¡Valrein, ya está! Ese era el último que necesitaba para completar la madera de mi arco, es hora de ir al gremio- me gritó Focalor acercándose -¡Ufff ya era hora, terminaré muerto si me sigues dejando combatir a mi solo!- le contesté respirando agitado. Al llegar al gremio, Focalor entregó los materiales al instructor -¡Maravilloso Focalor! En un momento te haremos entrega de tu arco y flechas, pero aún no eres un arquero ¿te queda claro? Hay que completar el entrenamiento reglamentario que dura una semana, durante esta semana te proporcionaremos todo lo necesario… alimento, un lugar donde dormir y todas las flechas necesarias, pero  por favor cuida de tu arco-. Focalor volteó a verme preocupado cuando mencionaron que debía quedarse una semana -Tranquilo hermano, si quieres ser un buen arquero debes entrenar, no te preocupes, iré a  Einbroch solo, espérame aquí y yo te prometo que volveré cuando sea Gunslinger y  tendremos aventuras juntos…- el volvió a disculparse -Por favor, no mueras en el camino-. Y ahí nos despedimos. 

Al salir de Payon fuí al encuentro del reclutador -¿Estoy a tiempo? Ya me he decidido- le dije al verlo. Me miró tranquilo y con una sonrisa -Cuando el destino ya está fijado, siempre es tiempo-. Revisé mi mapa y vi que el camino más rápido a Izlude era cruzando el desierto. Así que tan pronto conseguí los insumos necesarios para el viaje y ya con algo de experiencia me interné en las arenas que se extendían frente a mí mientras iba pensando  ‘Más vale que esto valga la pena’.

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