CAPÍTULO 26 [¿Cómo continuar?]

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Pasó Navidad y nos encontrábamos en un INN en la ciudad de Lutie. La gente disfrutaba de la nieve, muchos no habían visto nevar jamás. Pero nosotros, todos los del gremio seguíamos de luto, la muerte de Any era muy doloroso para todos. Yo me sentía culpable por lo sucedido, me pasaba los días pensando en cómo podría haber evitado esa desgracia, si tan solo hubiera sido más fuerte, más rápido…pero no. En el momento de la verdad, había fallado. Felurian visitaba la tumba de Any todos los días y se la pasaba bebiendo hasta quedarse dormida en la barra y de muy mal humor.

Ese día se levantó y solo la había visto tomar café y mirar por la ventana, con un gesto hosco, a los que jugaban y se divertían afuera. Yo estaba terminando mi desayuno cuando la miré golpear la mesa con coraje y levantarse para caminar hacia mi amenazadora -Y ahora ¿qué?- me preguntó de mala gana. Levanté mi mirada hacia ella sin saber que decirle -No lo sé Fel, en este momento no puedo pensar claramente, el dolor está demasiado cerca todavía- le contesté desanimado -¡Como líder del gremio, te ordeno que te pongas a pensar! Viste como se descontroló Kenzaiten y hay que pensar en una forma de contenerlo, te informo que ese día no fue nada fácil- me dijo mostrando los moretones que le había dejado su pelea con Kenzaiten. Sus reproches hicieron que me molestara aún más hasta que finalmente exploté -¡Y ¿por qué tengo que hacerlo todo yo? ¿Acaso no puedes hacer más que tomar, quejarte y dar órdenes?- le dije gritando a todo pulmón, la gente en el café se nos quedó viendo sorprendida de nuestra escenita. -¡Ah!¿Tienes algún problema, perdedor?- dijo Felurian desenvainando su espada y levantando su escudo -¡Podemos arreglarlo afuera en este momento si quieres!-. El resto de los integrantes del gremio intentaban calmar la situación y a Felurian que intentaba llegar a mi enojada -¿Saben qué? ¡Estoy harta! Todos ustedes pueden ir y hacer lo que les venga en gana, desde hoy el gremio queda disuelto, lárguense todos de aquí. Felix, Aldrete y Marcus fueron los primeros en retirarse después de agradecernos a todos lo aprendido, intentaron despedirse de Felurian pero ella solo les lanzó patadas para alejarlos. Kenzaiten por su parte se levantó de donde estaba, molesto -Si el problema soy yo, solo diganme, no tienen porqué estar lidiando conmigo y mis problemas-.

Sin previo aviso, Felurian uso magnum break casi destruyendo varias de las mesas y tumbando bebidas y platos de comida en la cafetería -No quiero volver a saber nada de ustedes, me largo- dijo antes de subir a la habitación por sus cosas y salir hecha una furia por la puerta para desaparecer justo afuera. El pequeño Zak, con mirada triste, se quedó sentado, pensativo. Yo sabía que no podía dejarlo solo porque podría morir y no iba a permitir que algo así volviera a suceder así que le dije que él viajaría conmigo -nos cuidaremos el uno al otro- le dije con una sonrisa fingida, pues lo cierto es que desde aquel dia, no tenia ganas de sonreir.

Caminábamos por la ciudad, platicando normalmente cuando Zakfiel se quedó callado repentinamente, cuando me volví para verlo me preguntó -Val ¿por qué Felurian se puso así?- no sabía que responderle y despues de unos segundos que parecieron una eternidad le contesté:

-ya has visto cómo es ella, no es una persona expresiva, lo cierto es que al principio no quería a Any, la veía como una princesita que tenía romperse las uñas, de hecho para aceptarla en el grupo la retó a un duelo que Any tuvo que ganar para ganarse su respeto- Zakfiel me miraba asombrado ya que no todos conocen esa historia -pero con el paso del tiempo y a pesar de ser muy diferentes, le tomó cariño y es obvio que está dolida por lo sucedido y también un poco asustada por Kenzaiten, solo podemos esperar que el tiempo le ayude a sanar y no sea demasiado orgullosa para pedir ayuda si la necesita-.

Kenzaiten, después de salir del local, había reunido provisiones y se dirigió a Aldebarán rumbo al gremio de alquimistas. Pretendía crear la mayor cantidad de pociones que le fuera posible pues al no contar con mi soporte, necesitaria poder valerse por sí mismo, además de ayudar a Valefor.

Felurian aunque había gastado una de sus alas de mariposa para ocultar a donde iba, se encontraba de nuevo frente a la tumba de Any. Sentada en el suelo con su espada y escudo a su lado y con una botella de licor en la mano, mientras las lágrimas le rodaban por las mejillas -¿Tanto quisiste estar con el grupo para irte de esta manera? ¡Y mira como nos has dejado! Ahora no puedo ni mirarlos a los ojos y todo por tu culpa, princesita tonta- le gritaba a la tumba frente a ella -no pude protegerte y no puedo protegerlos tampoco a ellos, por eso deshice el gremio, no veré como mis amigos mueren uno a uno- dio el último trago a la botella y la lanzó contra la lápida, la botella se estrelló haciendo un escándalo al quebrarse en mil pedazos. Se levantó y regresó al inn en Lutie. Se disculpó con los dueños y pagó por los daños que había dejado. Más tarde, se dirigió a Rachel.

A la mañana siguiente, Zakfiel y yo nos encontrábamos en Payon. Estábamos en Ragna Coffee disfrutando unas bebidas, mientras veíamos cuál sería nuestra próxima aventura, ya que debíamos buscar el equipo necesario y sobre todo subir de nivel. Vimos entrar a un rogue, se sentó frente a nosotros y ordenó un bagel. Nos miró y nos reconoció al instante y fue a sentarse con nosotros -Valdor ¿por qué están aquí solos?¿dónde están los demás?- nos preguntó. No me inspiraba mucha confianza y debíamos tener cuidado pues por el momento eramos solo Zakfiel y yo, asi que menti -Estan de viaje para conseguir unos items-. Mi desconfianza fue cediendo poco a poco al ver que no intentaba sacarnos información, sino por el contrario nos contaba sus propias aventuras y de cómo los rumores de la destrucción de Astral Force había llegado hasta los lugares más lejanos de este mundo.

Pero mientras el rogue hablaba, mi mente estaba muy lejos, pensando en mis amigos Kenzaiten y Felurian, preguntándome dónde podían estar y qué estarían haciendo. Habíamos pasado poco tiempo separados pero ya los extrañaba.

FIN CAP 26